A veces el desconcierto puebla cabezas, y entre alfombras atiborradas de sentimientos, uno no puede vislumbrar bien por dónde seguir. Tantas veces me ha pasado, de tropezar sobre las pieles secas de preguntas archivadas, que vuelven a mí ajenas, y tan propias.
Extrañas son las conexiones inconexas que atraviesan nuestro pequeño universo gris, y que atacan a nuestros sentidos irremediablemente humanos. Difícil seguir la huella del paseo cerebral, en especial cuando se atraviesa una imágen, un perfume, el eco de una voz.
¿Dónde está el interruptor? quiero descansar esta noche.
¿Donde esta el interruptor?, como encontrarlo en la oscuridad, descalzo y con el piso frío en este invierno que desvanece cualquier calor. Como encontrarlo cuando se caen por encima de tu cabeza las prendas multicolores del recuerdo y las preocupaciones latentes y sus replicas anuales, mensuales o semanales. Y como no provocar esto si nos hemos chocado el ropero del pensamiento por la invasión oscura de esta noche pensativa de abril. Ya lo sé probemos con lo de siempre pensemos en una persona que nos hace bien, aprovechemos la fugacidad de estos recuerdos y transportemosnos a cualquier lado recordando a su vez las peculiaridades de lo que anhelemos, un perfume, un tema, un sentimiento o mejor aún una voz.
ResponderEliminarGracias Gabbo. impecables palabras.
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